El Premio Nobel de literatura chino del año 2000 Gao Xingjian, que ha abierto en Barcelona el Festival de Literatura Kosmópolis (22-26 octubre) cree que su país natal está aún "muy lejos de la democratización y de la libertad de expresión".
El escritor, exiliado en Francia desde que China le cerró las puertas cuando en 1989 condenó la matanza de Tiananmen, ha considerado que la imagen de apertura que su país ofreció al mundo durante los Juegos Olímpicos "es pasajera, como los fuegos de artificio. Los fuegos artificiales son pasajeros, se producen en un minuto y se van, pero la vida cotidiana permanece".
"Una fiesta no puede explicar la realidad, y la realidad es que China está muy lejos de la democratización y que la libertad de expresión también está aún lejos", ha señalado Xingjian, nacido en 1940 en la provincia de Jiangsu.
Novelista, dramaturgo, director teatral, traductor, crítico y artista plástico, el ganador del Nobel 2000 presentará en Barcelona su libro Teatro y pensamiento, así como una muestra de sus últimas obras realizadas en tinta china sobre tela, una película sobre ellas y una obra de teatro.
Xingjian abre el encuentro barcelonés Kosmópolis, dedicado este año a los problemas globales más urgentes y al compromiso de los escritores con las nuevas causas políticas, sociales y ecológicas. Angustiado por el calentamiento global y el futuro del planeta, Xingjian cree que "ése (el calentamiento global) es un gran problema al que no hemos encontrado solución porque explotamos la naturaleza. No se encuentra la solución porque es fruto de la tontería humana".
El punto de vista del escritor sobre el papel del intelectual en el mundo difiere del de la mayoría de escritores, que "sí creen que un artista, un individuo, puede salvar el mundo", pero él cree que "eso es una utopía, un engaño, una ilusión y un medio que se ha utilizado como propaganda política".
El artista "puede expresarse con su voz propia, su mente, su alma pueden analizar la condición humana y su voz es en cierto modo la voz de la conciencia, algo necesario", ha añadido el artista. Xingjian cree que la voz del artista, del escritor "deja al menos un testimonio de las condiciones difíciles y complicadas, así como de los propios complejos de la condición humana, mucho mejor que la historia escrita por el poder".
Por ese motivo, el escritor cree que "todavía se leen las tragedias griegas y las obras de William Shakespeare", y también por ello se ha preguntado "¿quién más sino los historiadores son los que leen los discursos políticos de la época?".
Premiado con el Nobel de literatura en el año 2000, Xingjian vuelve a Barcelona para mostrar una importante parte de su producción artística, "conmovido" por la acogida que le dispensa la capital catalana, especialmente cuando en China, dice, su país natal, sus libros e incluso su nombre "están censurados".
Xingjian, de nacionalidad francesa, ha señalado también que se siente "muy bien acogido en Francia, no me siento extranjero, Francia es mi país, un país que desde hace un siglo acoge a emigrantes, sobre todo a los artistas, como hizo con Picasso o Chagall, un país de referencia en este sentido" que espera que no cambie a pesar de la crisis económica.
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